Marrakech
En Marrakech se acaba el sentido de la dirección y el tiempo, siendo fácil perderse entre sus mercados y callejuelas serpenteantes. Fundada por los almorávides, aquí se cruzaron las caravanas de los imperios del África negra y el mar Mediterráneo.
Fes
Es considerada el centro espiritual y cultural de Marruecos. La Medina o ciudad amurallada es Patrimonio de UNESCO y alberga la universidad más antigua del mundo. Callejones estrechos donde el tiempo parece haberse detenido y altos minaretes desafiando al cielo, la llenan de magia.
Ouarzarzate
Se la reconoce como la puerta del desierto, desde donde parten rutas por kashbas y pueblos berberes. Está a los pies de la Montaña Atlas y cerca del valle del río Draa. Desde aquí se visitan Ait Ben Haddou y la Kasbah Taourirt, ambas Patrimonios Culturales de la Humanidad.
Essaouira
Con sus murallas fortificadas, su puerto pesquero y estrechos callejones, ha sido llamada “la ciudad viento” y es un destino fuera de la ruta turística, donde se puede disfrutar de auténtica vida local.
El Sahara
Vastas dunas doradas, cielos estrellados únicos y silencio absoluto. Vive la magia del desierto en un campamento bereber bajo un manto de estrellas.
Tánger
Tánger, donde el Atlántico y el Mediterráneo se encuentran, cautiva con su medina vibrante, su rica historia de inspiración artística y el encanto cosmopolita de sus calles.